32 km.
Tras pasar la noche en el camping sito en el mismo faro y tocar agua atlántica comenzamos nuestra aventura.
Pasamos una buen parte de la jornada por zona altamente urbanizada y sin balizar: Fuenterrabía e Irún.
Pasado este último y como no teníamos nada claro por donde proseguir hasta Vera de Bidasoa (no vemos señales de GR), preguntamos y acabamos haciendo el recorrido por la vía verde de la ribera del Bidasoa, bonito recorrido aunque nada ortodoxo para quien está decidido a hacer el GR de cabo a cabo.
Personalmente lo que más hecho en falta del recorrido "real" es haber visto la Presa de San Antón, pero bueno, nuestra ruta de ribera también tuvo su encanto.

Aconsejados por el propietario del bar donde comemos en Bera, decidimos adelantar algo de la etapa siguiente. Subimos el primer repecho, llaneamos y decidimos dormir al lado de una borda a los piés de un centenario roble, desconociendo realmente en qué púnto estábamos.

Al día siguiente descubrimos que habíamos hecho noche en el Collado de Idoia. Pero bueno, se agradeció el haber superado el primer repecho el día anterior.

Segunda etapa: Collado de Idoia-Elizondo.
25 km.
Recogemos las tiendas (mojadas pues ha llovido algún rato durante la noche). El GR va por pista, vamos viendo alguna muga por el camino y en menos de 2 horas a ritmo suave llegamos a una venta que hay en el collado de Palomeras. Aquí almorzamos, compramos alguna cosilla y comenzamos a andar con una lluvia que no nos abandonará prácticamente durante todo el día.
Vamos superando varios collados hasta que llegamos al de Iñaberri, a 800 m, tras llanear durante un km comenzamos el descenso, son 7 km y 600 m de bajada.
Como curiosidad, pasamos por "el perímetro de seguridad" de una zona de tiro al plato, la pasamos lo más rápido posible pues caen cascotes a pesar de ser el sitio "seguro", fué un rato curioso en el que nos echamos unas risas.

Llegamos a Elizondo, el día ha sido largo, lluvioso y tenemos suerte al encontrar un hostal en el que por 22 € tenemos una habitación doble. Tendrá como mucho "1/4" de estrella pero para nosotros un lujo. Cenita en el mismo hostal y a descansar.

Tercera etapa: Elizondo-Casa Pablo.
1.000 m desnivel positivo.
Salimos del pueblo a las 9 am y al comenzar conocemos a dos parejas de valencianos que hacen también la GR-11, a partir de aquí y hasta Hiriberri nos iremos encontrando con ellos, donde ellos acaban este año.
Pasamos por la Ermita de Santa Engracia. Alternamos senda y pista durante la 1ª parte del trayecto y en una especie de merendero nos resguardamos de la única lluvia del día, hemos tenído suerte por una vez. Solo faltaba que alguien nos llevara las mochilas para que descansaran los hombros.

Superamos collados como el de Bailei, el de Urballo, el de Zaldegi (con cabaña de cazadores) y el de Bustalmorro, donde hacemos la altura máxima del día: 1.200 m, Elizondo estaba a 200 m.
Comenzamos la bajada hacia el ansiado "Puerto de Urkiaga" pasando antes por el Collado de Enekorri. Refugio de cazadores entre los árboles, al otro lado de la alambrada.
Cuando llegamos al puerto de Urkiaga (912 m), nos decepcionamos pues no sé porqué pero esperábamos otra cosa, hay unos bunkers con mucha hojarasca y demás residuos varios y una carretera que hace de divisoria de aguas en ese púnto, la que une Pamplona con Francia por Alduides.
Como no nos seduce la idea de pasar la noche allí y todavía queda bastante día por delante decidimos continuar hasta "Casa Pablo", donde una chica austríaca que también hace la GR-11 nos dice que es posible tomar algo y quizás dormir. Los valencianos piden un taxi para que los lleve a alguna población aprovechando la carretera para pasar la noche.
Tras 300 m más de subída llegamos a la antecima del Iturrumburu, nos esperan 400 m de bajada para llegar a Casa Pablo.
Casa Pablo está situada en una pista asfaltada, lo encontramos cerrado "por causas ajenas". Enorme decepción pues nos habíamos hecho ilusiones de tomar una cervecilla y algo caliente para comer.

Plantamos las tiendas al otro lado del río, seco en este momento. La noche... para olvidar, todas las vacas del pirineo con sus cencerros... ovejas... y un caballo pastando a dos metros de las tiendas durante la noche hacen para mí la noche más larga de todas.
Cuarta etapa: Casa Pablo-Burguete-Roncesvalles.
Como ya "adelantamos" parte de esta etapa en la jornada anterior, esta será corta. Comenzamos desde 840 m a subir los tan solo 300 m de desnivel que tenemos hoy y nos aparece niebla durante buen rato del trayecto, foto de rigor, no parece que estemos a mitad de agosto.

Es facil que esto ocurra y os desvieis hacia la dcha, a mitad de ladera, en vez de seguir subiendo dirección hacia el Mendiaundi. Numerosas sendas abiertas por el ganado nos inducen a seguir por aquí y el hecho de ver las poblaciones abajo nos siguen seduciendo a continuar, a pesar de haber perdido las marcas.
Es un error, mejor volver atrás pues toda esta zona navarra está cercada y en muchos lugares eléctricamente, preguntad sino a mi compañero que tuvo una experiencia directa con el alambrado eléctrico. Ádemás se acaba en una pista que gracias a que en esta estación del año está relativamente transitada, te van indicando la dirección.



Quinta etapa: Roncesvalles-Burguete-Orbara-Hiriberri.
Volvemos por la misma senda hasta Burguete aunque se puede acortar sin pasar por este último. El trazado de esta jornada sustituye al anterior que llevaba hasta la fábrica de Orbaizeta. Como no teníamos información al respecto vamos sin mapa, aunque a la salída del pueblo hay un panel informativo, hacemos una foto con el movil del recorrido y del perfil y comenzamos a andar.
Cruzamos el río y nos adentramos en el bosque subiendo muy suavemente. Al rato nos juntamos nuevamente por tercer día con nuestros compañeros de viaje valencianos y nos comentan que "la austríaca" también se perdió el día anterior, aunque lo suyo debió de ser peor que lo nuestro pués apareció muy tarde por Burguete llena de arañazos, a saber por donde se metió.
Esto nos hace reflexionar y decidimos andar prestando más atención a las señales y en caso de perderlas siempre volver a la última. Lo pusimos en práctica a rajatabla aunque el camino estaba bien señalizado.
Después de la subida y la bajada de rigor llegamos a Orbara, no podemos comer porque los dos únicos restaurantes que hay están cerrados.



Pasamos la noche en el albergue del pueblo, un enorme caserón dispuesto como tal, con innumerables camas y que solo ocupamos nosotros esta noche.


21 km.
6ª y última jornada de GR-11 por este año. Comenzamos la etapa sin desayunar y con dos barritas energéticas y un puñado de galletas hasta Ochagavía, ¡hala pués!.

Abandonamos el pueblo y comenzamos a subir, primero por prado donde llenamos las botellas de agua en un abrevadero, para luego internarnos entre la vegetación.
Una vez que se termina de subir, el recorrido se hace muy atractivo pués se va cresteando y se pueden ver continuamente buenas vistas desde la divisoria de aguas.
Al fondo el pirineo aragonés:




Lavadicos dejábamos los platos, ja ja:

