Ruta: circular.
Desnivel: 1.650 m.
Distancia: 19.5 km.
Dificultad: fácil, único requisito forma física aceptable.
Subida por barranco de Remuñé y bajada por el de Literola.
Por la carretera que sube por el valle de Benasque aparco el coche a la entrada del valle de Literola, a pesar ir a subirlo por el de Remuñé (así me evito tener que hacer ese tramo de carretera a la bajada).
Así que a pie continuo por la carretera hasta llegar a la entrada del valle de Remuñé.
Entrando en el valle la subida al principio entre pradera es suave, así que vamos ganando altura poco a poco con el barranco a ntra izda.
Pasamos la Pleta de Remuñé, donde está el ibonet de Remuñé (opicional acercarnos a él). Al poco cruzaremos el barranco y con mucha atención a partir de aquí (más aún si vas solo como es mi caso) seguir los hitos a seguir (tarea difícil en muchos momentos).
Acabaremos llegando a un circo dominado por la vista de la Forca de Remuñe, delante de nosotros, sorteando enormes bloques de piedra.
En el circo, giramos a la izquierda, dirección sur, para subir dando un rodeo al Portal de Remuñe, un collado junto a la Forca que nos ofrece vistas del ibón Blanco de Lliterola. A pesar de estar a mitad de agosto es inevitable este año pisar los neveros (sin crampones).
Desde el Portal de Remuñé, se desciende unos 100 m aproximadamente de desnivel hasta llegar al ibón blanco de Lliterola, a los pies del gran pico.
Desde allí, la primera parte de la subida es bastante empinada, y la ruta progresa entre bloques hasta que alcanza la parte alta. El tramo final tiene menos pendiente y pasa por el Hito Este de Perdiguero (3.170m).
Antes de llegar a la cima del Perdiguero (3.222m).
Posets desde Perdiguero:
De bajada, si observamos los mapas, tenemos varias opciones, yo y un par de compañeros de viaje que he conocido en el tramo de subida al pico, nos decantamos por donde ellos lo han subido: Por el collado de Ubago (aquí se llega también desde el valle de Estós).
Pasado el Ibonet de Lliterola, con el Perdigueret a ntra dcha:
Entre praderas, por camino bien indicado nos sorprende lo que nos veníamos temiendo, una tormenta de granizo primero y de agua después, que nos acompaña ingratamente hasta los coches.
Bonita ruta de bajada aunque a mi, a título personal, me ha impactado más la de subida por Remuñé, más salvaje.
